Playlist 3rd January 2021

Feliz año nuevo ¿post pandémico?

RIP MF DOOM (1971-2020)

1.- MF DOOM – Mm.. Food

2.- Jim O´Rourke – The Visitor

3.- Slowdive – Souvlaki

4.- Autechre – Confield

5.- Tatsuhisa Yamamoto – Conditioning the air https://tatsuhisayamamoto.bandcamp.com/album/conditioning-the-air

6.- Kevin Drumm – Suspension​ (​Massive Swarms of Jellyfish) https://kevindrumm.bandcamp.com/album/suspension-massive-swarms-of-jellyfish

7.- Nuno Canavarro – Plux Quba (!)

8.- Thiago Nassif – Mente

9.- Arthur Verocai – Arthur Verocai (1972)

10.- Nara Leão – Dez anos depois

11.- Antonio Carlos Jobim – Wave

albumart.besteveralbums.com/albumart/album_larg...




Playlist 17th September, 2020

1.- Archie Shepp, Raw Poetic & Damu the Fudgemunk – Ocean Bridges 

2.- Cignol – Guidance Release 

3.- Damirat – pixcurve https://dingndents.bandcamp.com/album/pixcurve

4.- DJ Stingray – Psyops for Dummies + Purge https://prestorecords.bandcamp.com/album/psyops-for-dummies-purge

5.- Earth – Full Upon Her Burning Lips

6.- Frank Zappa – Waka/Jawaka 

7.- Czesław Niemen – Strange is this World

8.- Material – Temporary Music 1 / Temporary Music 2

9.- Autechre – Autechre [LP5]

10.- Kevin Drumm – Sheer Hellish Miasma

11.- IT – Viaje (Música electrónica libre) 

12.- Jim O´Rourke – Steamroom 47

Playlist 1st March 2020

1.- Parque de Cometas  –  Paseo

2.- OOIOO  –  Nijimusi

3.- Jeff Parker  –  Suite for Max Brown

4.- Waclaw Zimpel  –  Massive Oscillations

5.- Yves Tumor  –  Heaven To A Tortured Mind

6.- Caribou  –  Suddenly

7.- All Against Logic   2017 -2019

8.- John Fahey –  Fare Forward Voyagers (Soldier’s Choice)

9.- Section 25 – From the Hip

10.- Manuel Göttsching – E2-E4

11.- Jimmy Campbell  – Half Baked

12.- Family  –  un soplo en el corazón

Playlist 11th January, 2020

Still listening 2019´s stuff

1.- Nkisi  –  7 Directions

2.- Barker  –  Utility

3.-  HTRK: Over the Rainbow OST (Jeffrey Peixoto, 2019)

4.- Cult of Luna   –  A Dawn of Fear

5.- Nick Cave & The Bad Seeds  –  Ghostseen

6.- Jóhann Jóhansson  –  Conversations with Thilo Heinzmann

7.- Anthéne  –  Weightless

8.- Penguin Cafe  –  Handfuls of Night

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9.- Oceansize  – Self Preserved While the Bodies Float Up

10.- Kemialliset Ystävät  –  Alkuhärkä

11.- John Coltrane  – A Love Supreme

Playlist 1st January 2020

New decade, new shit.

«The road to hell is paved with free will».

1.- Slowdive  –  Souvlaki  (<3)

2.- Angel Olsen  –  Phases

3.- Cocteau Twins  –  Treasure

4.- Talk Talk  –  The Colour of Spring

5.- Kemialliset Ystävät  –  Alkuhärkä

6.- The Durutti Column  – Without Mercy

Still listening 2019 releases

7.- Deaf Center  –  Low Distance

8.- Badge Époque Ensemble  –  Badge Époque Ensemble / Nature, Man & Woman

9.- 75 Dollar Bill  –  I Was Real [Cassette Deluxe edition] 🙂

10.- Sunn O)))  –  Pyroclast

11.- Boreal Massif  –  We All Have an Impact

Ensayo – Después de Kanye West: Bandcamp

«I don’t care about reactions.
And now i’m not spending much time in Internet.

I hate fucking intellectuals. And that we have to live in the time of when nerds having revenge against the world. I’m not saying it’s cool to be stupid and uneducated, i’m against separation of things into highbrow and lowbrow. I like to exist in unawareness – not in unconsciousness, you know? Creative process can set things right by itself, without any need to calculate.»

––Dean Blunt, 2018, Reddit.

¿Cuántas veces hemos escuchado esa maldita palabra llamada «emprendedor»? Sólo de oírla me provoca urticaria. En México, todos quieren ser poetas, futbolistas o emprendedores. Es cierto. ¿Pero por qué no son emprendedores del espíritu? ¿Por qué no hay un poco de empatía y humanidad?

En los últimos cinco años de los 2010s esa ideología se ha reproducido como un virus. Ya sabes, escuchas cosas tipo: «estamos construyendo el futuro para tres generaciones adelante.» «ahorra, no gastes.» o «sé un líder siempre». Tal vez esa palabrita sea la causa de que el número de taquerías haya crecido constantemente mientras el número de bibliotecas ha disminuido en el país. O que los niveles de ansiedad o enfermedades mentales hayan crecido exponencialmente en todo el mundo. Todos quieren subir, destrozando todo a su paso, y probar las mieles capitalistas.

Yo no quiero emprender. Yo sólo quiero hacer lo que me gusta. A lado de la persona que amo. Con mis gatos o perros o plantas. Yo sólo quiero vivir en paz. Déjenme en paz.

La palabra emprendedor ha tenido su crecimiento a la par del marketing digital. Todo se ha disuelto en un ente llamado contenido. «Arma tu propia empresa, sin dinero y con 10 personas», dicen los emprendedores. Esos sueños guajiros sólo pasan en la mente de personas ricas o aburridas. Su aburrición es tan grande que sólo existe música en Spotify para ellos y que el cambio climático es un storytelling cotorro para subir tráfico a las páginas de internet de sus contrincantes.  Y aún así, a pesar de todo, si una persona desea empezar el viaje de crear y fundar una empresa ––aclaro, no estoy defendiéndolos–– esto implica un sacrificio que puede costar toda una vida. Emprender es de capitalistas hechos y derechos con antifaz de «buenaondita».

Pero hay otro mundo que nuestros capitalistas «del internet de las cosas» no conocen. El del «emprendimiento de la cultura». La cultura como amor, filosofía y estilo de vida. Y en el caso de la música ––el arte más egoísta, exquisito, supremo y metafísico de todos–– puede que sea un calvario iniciar ese camino. ¿Han escuchado esa frase de J.P Sartre, en a puerta cerrada, que dice: «el infierno son los otros»?

Hoy en día puede traducirse como «el gusto son los otros» o «el mercado son los otros» o «el STREAMING son los otros».

La música, como cualquier otra actividad creativa, estética y cultural, depende de una vida creadora, ya sea por el talento o por la disciplina. Desde el artista, músico, lírico o gremio, lo ideal es que la música que uno crea le gustara a todos y le produjera incentivos para poder vivir bien. Pero cuando se objetiva la música, se valora, se le da un valor mercantil y se coloca en el mercado (a partir del gusto personal o la tendencia) la visión del artista / grupo / quimera se puede nublar hasta alcanzar un vacío del que no podrá salir jamás. Todo se puede ir hasta abajo

Pero no todo está perdido.

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Mientras escribí este borrador, que luego se volvió en este insignificante texto, había visto horas antes el más reciente film de Noah Baumbach, historia de un matrimonio (2019). Conmovedora, bella. La paleta de colores y el lugar donde se lleva a cabo la historia me recordó la estética lo-fi-alternativa que bien pudo ser sonorizada por bandas como le Tigre, Pavement, Dinosaur Jr o R.E.M. . Por un momento pensé en mis padres. Ya Godard, Von Trier, Rohmer, Bresson, Haneke y hasta Kieslowski han hablado del amor y sus límites. Me quité los prejuicios y la vi. Me gustan esas películas; me hacen llorar, justo como uno de los protagonistas. Y aunque la escena que todos comentan y hacen tendencia «por la gran actuación del año» no me impactó tanto, tiré un par de lágrimas minutos antes en la parte de «es la hora del almuerzo {con los abogados}». Quedé en shock. La relación destructiva, el contrato social respecto a la relaciones emocionales y amorosas es como la relación entre maintream y underground en la industria musical. Siguiendo con los símiles, en esas relaciones de amor y odio, entre emprender (negocio) y crear / expresar (arte), puede haber acuerdos. Puntos medios. Si no, la avaricia, las mentiras, la pasión y el fuego lo pueden arrasar todo.

Bandcamp nace en 2007-2008 por Ethan Diamond, cofundador de Oddpost (un servicio de correo web que finalmente se convirtió en Yahoo! Mail). Es una respuesta a los fraudes que siguen haciendo Tidal, Apple Music y Spotify contra los músicos.  (¿Lo ves? No puedes ser emprendedor si no tienes unos millones de otro negocio o con los millones de tu papá o mamá).

El objetivo es crear una plataforma justa, sin intermediarios, sin detenciones. Apoyar a los artistas independientes (y digo artistas, no sólo músicos) para distribuir y fomentar sus creaciones, música principalmente. Al usar Bandcamp los artistas botan los procesos burocráticos y mercantiles para difundir su música. En un mundo donde el algoritmo y el streaming está penetrando todos los aspectos de nuestra vida, BC busca la equidad y el acuerdo justo entre negocio, comunicación y arte.

Bandcamp fue, por un tiempo, el DIY perfecto. Un punto de encuentro entre fans, artistas y periodistas, los cuales pagan cierta cantidad de pasta para escuchar música en buena calidad (FLAC o WAV.). Recordemos: La cultura no tiene una finalidad instrumental. No tiene «utilidad». Su «objetivo» es levantar nuestra calidad de vida, sentir que alguien nos ama o nos admira y viceversa, platicar con uno mismo o sentirse como un ave, que trina de pura felicidad o tristeza. También puedes no sentir nada con la cultura. No te quiebres el coco ni te engañes a ti mismo.

No suelo compartir contenido del Melón Fantano. No me parece adecuado el tipo de crítica y reseña que hace con la música (de hecho me sorprendió cuando reseñó un disco de Natalia Lafourcade y le puso un 8, una muy difícil calificación, según sus estándares), diciendo elementos muy ridículos y condescendientes a partir del mero gusto. Es claro que tiene que crear contenido para su canal, pero en un arranque de ocio en su canal me encontré su punto de vista sobre Bandcamp. Me parece acertado. Dejé a un lado la rabia y me puse a escuchar en silencio.

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Sin embargo, la paltaforma cambió un poco sus políticas demasiado punk, debido a que la empresa perdía un poquito de valor por tanta buena ondez. Daba mucha data a los consumidores y productores.  Sigue siendo una de las mejores opciones en la industria actual en la música independiente al cortar el 20% x transacción de una descarga y 15% x objeto físico. Es utópico que la música y el negocio se lleven bien y vivan en armonía. Por definición eso no puede pasar. La música está hecha para tocarse y escucharse al aire libre: es sinónimo de libertar creadora. Las fábricas están hechas para producir y acumular cosas de forma encerrada, hermética. Para la eficiencia y el consumo. Siempre he dicho que el anarquismo es el punto donde dos paralelas se tocan en el infinito: esas líneas paralelas llamadas: el arte y la política.

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Como eso no es posible ––hasta ahorita, en el post capitalismo––, sólo en nuestras ilusiones y sueños, que nos hacen por un momento alegres y después nos hunden en depresión, debemos tomar decisiones para coexistir.

Uno de los rasgos que contiene BC, y me parecen fenomenales, es Bandcamp Daily, un contenido contra el contenido del marketing digital. Contra el post vulgar, contra la opinatitis de nuestro tiempo. Los trabajos periodísticos, textos exquisitos y la investigación y debate son el otro punto a favor de Bandcamp. Los tipos de texto que ingresan van desde la reseña musical, critica musical hasta los mini reportajes (con entrevistas) sobre disqueras, escenas, géneros, artistas y canciones. Al tematizar y buscar de qué hablar con rigor periodístico, se difunde hasta el artista-weirdo-freak más recóndito del mundo. Basta leer el texto de Fantasmes (sobre el música popular, sicodelia y DIY en Puerto Rico), la migración de la música experimental de Jim O´Rourke a Bandcamp con sus Steamrooms o la escena de música electrónica femenina en América latina).

En el mundo post Kanye West, no es obligación pasar tu vida en Bandcamp. Tampoco que dejes de usar Soulseek (la mejor arma para conseguir música y rebelarse contra el hipercapitalismo cultural). Todos dependemos de Spotify, Uber, Google, Facebook, Twitter, Amazon, General Electric y Apple. Parece que se quedarán un rato más en el planeta con sus negocios cochinos. Seamos un poco inteligentes en esta vida millenial globalizada. Ya nadie es tenaz. Los animales son mas tenaces que nosotros. Son más libres y felices que nosotros. Pasa cualquier cosa y no nos despegamos del celular, de nuestra inseguridad, de nuestra necesidad de inmediatez. Si estamos atrapados en ese nuevo mundo digital, cambiemos la ansiedad por un poco de inteligencia, estrategia y sensibilidad. Bandcamp es un respiro y alivio.

Si no te convence tampoco pasa nada. Los árboles seguirán de pie, los pájaros seguirán trinando, el sol saldrá por el este, el mar seguirá borrando las huellas de los amantes que se revuelcan en la arena o las pisadas de una persona solitaria en la playa.

Después de Kanye West. Un recorrido por la música pop 2010-2019

«I just talked to Jesus
He said, «What up Yeezus?»
I said, «Shit I’m chilling
Trying to stack these millions…»

–Kanye West, «I´m A God».

Traes los audífonos en volumen alto. Las bocinas siguen conectadas en el bluetooth; desgastan la pila de tu celular de moda. La aguja sigue en el surco de los viniles. No puedes dejar de revisar tu cel; lo haces cada 10 minutos. Vas a un concierto, tomas una foto o una «selfie». Lo haces una y otra vez.

Así pasó una década. 10 años de, supongamos, estudiar y encontrar un trabajo (porque la vocación es otra cosa) (2011). 10 años de una lucha interminable con su (mi) yo, con los deseos y con los seres queridos (2012). 10 años de, supongamos, conocer habilidades y mañas. Los afortunados llegaron al amor, y es de admirarse los que siguen regando esa plantita: otros, están en la lucha contra la traición del desamor más profundo o de la loza de 50 kg que es la soledad. Yo acostumbro no opinar sobre si la gente deba casarse o no; de la misma forma si la gente debe beber, coger o drogarse. Cada quién sus secretos, adicciones, sus deseos y sus insatisfacciones. Lo cierto es que me alegro mucho cuando un amigo/amiga va a casarse. Odio a la gente que desea divorcios.

En todo este journey de 10 años (ese anglicismo cotorro que se te pega al trabajar en el mundo de la publicidad), la música siempre estuvo / está ahí. Recuerdo a un profesor de arte y estética decir que la música era el arte que menos sensibilidad le producía. Quedé congelado, no decepcionado porque pues quién soy yo para juzgar o compararme con los demás. Tal vez él siente lo mismo que yo con pintura. O tal vez su historia de vida lo llevó a caminos menos pedregosos e intensos; pero conocer a alguien que no escucha música o no «siente» o no se «conmueve» me parece alucinante. Y cuidado con compararse con otra persona en esta época digital. Es entrar a las puertas del mismísimo infierno. El síndrome «Kanye West».

La música nos puede hacer reír, sirve para aturdir, para llorar en secreto, para fomentar la creatividad, para dedicar, para educar, para distinguirte, para meditar… para encontrarse con uno mismo. La naturaleza de las ondas sonoras acomodadas (y el ruido) me produce un placer inexplicable. Es similar el efecto sedante y emocionante de la música respecto a las drogas. Es por eso que se llevan muy bien (o muy mal). 10 años de ir a aproximadamente cientos de conciertos, incluido ese concierto mediano de Paté de Fua en la explanada de la facultad de química. ¿Alguien sabe qué fue de ellos? 10 años de conocer y expulsar a cientos de enanos de espíritu de Last.fm. Por fortuna el sitio se fue al caño. Me da gusto. La gente ya no disfrutaba la música. Se medían el pito por ver quién tenía más scrobblings o conocía más artistas (y por ende, según ellos, «de música»). 10 años de escribir sobre música sin amar la música. 10 años de escribir para el clickbait. Así nomás. Así fue la década pasada. Pocos se aferraron hasta el tuétano para buscar opciones alternativas. Esos héroes que preferían romper con su novi@, reprobar un semestre o perder su chamba para subir discos en blogs o escribir en foros. A ellos les debemos nuestro respeto y admiración.

10 años de escribir y documentar, como se pueda, música pop.

10 años líquidos. Los cambios en la música fueron brutales. Se habla más del medio y no de la música. (internet, sus plataformas, sus festivales, su comunidad). ¡Pero por supuesto Marshall McLuhan sigue vivo y coleando! Se habla más de los festivales y no de la música per se. Se habla del rapado de Frank Ocean, que si es guapo, que si es un delincuente, pero no se habla sobre si Blonde (2016) es un disco eficiente, minimalista, realista, o si es, probablemente, el mejor disco del pop mainstream de estos 10 años. Y viceversa, se habla de Beyoncé y sus shows, pero nunca de sus fábricas en serie, ni de sus trabajadores-esclavos. Una de las características del pop en esta década fue cada vez más el rasgo visual / espectacular de la industria musical sobre la naturaleza de la música. Cada vez la imagen en movimiento (y no me refiero al Cine) fue ocupando y desplazando ciertos elementos y posiciones que la música pop tenía en los escenarios, en los discos: en la misma crítica periodística.

Conocí a ILY. Un griego que vive en el anonimato. Fue por RYM. Me enseñó más sobre la apreciación musical a través del post punk en 2012. Con un hambre por conocer y reseñar, gruñón en sus opiniones (de esas que hasta te pueden amenazar de muerte) y con un amor profundo a la música y al cine (oh sí, 10 años de consumir cine <3), ILY me contaba cómo detestaba el deterioro de la música pop debido al mar digital de información. Nunca se me va olvidar su mini reseña del disco de Phoenix (el Wolfgang Amadeus Phoenix):

«Wolfgang Amadeus Phoenix is nicely produced and arranged, whether it’s the power-pop «Lisztomania», the synth-driven «1901», the indie-pop «Fences», the synth-pop «Rome» and so on, but the overall impression is of songs you’ve heard a million times before. The moody synthscape «Love Like A Sunset Part 1» and the vibrant pop melodies of «Lasso» are somewhat more interesting, but basically I can’t find a single reason to listen to this for a second time.

Luego esto: (!)

The more music in the age of broadband becomes broadly available, the more it gets exposed for being painfully mediocre, no matter how professionally made. The trick worked for as long as you could spend your limited money on limited buys. With piracy having diluted the market, the general picture is clear: for the most part music is just another overpriced product in a saturated market.»

Fue un zape en la cabeza del espíritu. Saber que lo que te da Pitchfork o Mojo o Rolling Stone es muchas veces PR y clickbait. Escuché el álbum de la mejor forma y actitud posible y quedé indiferente.  Debes aprender a sacar las espinas del pescado al comerlo, ¿sabes?. Esa música «alternativa» no era más que otra forma del stablishment. ¿Se supone que Internet nos liberó de esas cadenas, no? pero… ¿por qué parece que estamos en una rueda sin fin de consumo cultural ilimitado y nos da cada vez más neurosis y ansiedad cuando el fin de la cultura misma (y la música) es que nuestra calidad de vida sea mejor? ¿Por qué de repente ya hay 20 series de «tv» a la carta y cuando las tratas de ver todas salen otras 20 y cuando las ves no puedes concentrarte 10 minutos porque te llego un WA, un IG o un Tweet?

«Escuchar música era un ritual y una experiencia metafísica. Había cierto aire de misticismo e incógnita al buscar y encontrar música. Aún cuando haya música desconocida en los rincones, sótanos o proyectos incompletos, internet rompió esa magia», afirma ILY. Ahora todo es infinito, ¿cuál es el sentido de que siga habiendo nueva música, cine, tele, libros en producciones galácticas si ya no puedo disfrutarlo? Todo se volvió contenido.

En esta era, incluso, el reguetón es más defendible y supremo a todo ese cascajo reutilizable llamado «indie» (porque fue y es la música contestaria pop, el baile recontextualizado y los beats en diferente orden causan molestia; el reguetón tiene un principio de identidad y de negocio sin tapujos).

Lo que es infinito pierde sentido. Yo quiero que las cosas tengan fin. Así es la vida. Me niego a pensar que el universo quedará congelado eternamente. Debe haber algo más.

Internet ha cambiado fundamentalmente la forma en que escuchamos música. Al permitirnos escuchar música en masa, trajo los mismos resultados que la sobreproducción: depreciación. Por lo tanto, no debería sorprendernos que la música de hoy sea casi inútil, tanto como una mercancía (es decir, en el precio) y como recreación (es decir, en el placer que derivamos de ella).

Nos es más difícil comprar un CD o un vinil. Importa menos el objeto fetiche. Cada vez es más complejo impresionarnos o buscar «la obra maestra del año». Fatiga. Cada vez hay menos momentos traumáticos-orgásmicos, esos que te cambian para siempre al escuchar música (a mí me pasó con Slowdive en 2009 al escuchar «Alison», «Souvlaki Space Station» y, claro, «Dagger»). Tal vez diría que lo que me ha dejado en shock son Jonathan Badger (2014), Caterina Barbieri (2019) o Niño de Elche (2018). Nunca me recuperaré de ese bello trauma cuando recién había cumplido 20 años. Nunca. Pero cuidado, no caigamos en la retromanía ni en la adicción a la nostalgia.

No sé si voy a llegar a los 60 años de edad (o ya siendo optimistas ¡a los 70 años de edad!). Cuido ya más mis oídos. Uso tapones para escuchar a ciertas bandas o artistas. Ya no voy a conciertos de noise. Quiero cuidar mis oídos. Quedé extasiado con Pete Swanson, Kevin Drumm, Mika Vainio y Stalaktos en vivo (2014, 2013).  También me gustó ver a grandes amigos en Oval. Aún recuerdo cuando abrí este blog para escribir sobre música (lo cuál derivó en otros escritos basura que deposité aquí). «Escribe, escribe, escribe», me decían profesores y colegas. «Crear es lo único que tenemos y podemos hacer para darle un sentido a la vida o para aguantar este infierno», leí un tuit mas o menos así de José Ángel Balmori hace años. «Escribir es otra forma de llorar», dijo alguna vez José Revueltas. Escribir sobre lo mejor del 2000-2009 detonó una sensualidad y pasión por tratar de rascarle a algo más. Por un gusto que tengo desde que estaba en el útero de mi madre: LA MÚSICA.

«La música es pintura en el aire (como los haikus)», decían los Sensations´ Fix al nombrar una de sus mejores compilaciones de rock progresivo (2012).

«La música es el arte supremo por antonomasia. Es una unidad indestructible.», decía Eusebio Ruvalcaba.

¿Vieron la peli de Youth (2015) de Paolo Sorrentino? Esa parte cuando Michael Caine le dice a Rachel Waltz que la música simplemente es (después de que ésta no deja de llorar por su ex wey y se pelea con aquél por abandonar a su mamá e irse con Stravinski. El director retirado le dice en otras palabras: ME VALE Y TÚ NO SEAS COBARDE HIJA. LA VIDA SIGUE). Uuta, está bien jevi y chulo ese diálogo.

Escribí mis primeros escritos de mierda por 2006. Eran los playlists de discos que escuchaba. Se me hizo un hábito. Descargaba música en blogs y Limewire. Despues llegó Soulseek y Dropbox. ¡Cómo la gocé! Ese placer de descubrir a grupos como Bola, Autechre, Prurient, Pavement, Neu!, Corrupted a los 19-20 años mientras bebía ron antillano de lo más bajo con manzanita sol, después de unas cervezas gallo. Ese estado entre la ebriedad y el placer de escuchar música es único. Y si tenías suerte podías conocer a una mujer que le gustara toda esa música y luego que le gustaras. Una parte de ese ritual inició con Myspace, ese pinche lugarcito. ¿Sabían que me gustaba un chingo Alexis de Anda antes de que fuera standupera boba? La encontré en Myspace y era su stalker. Me aceptó una vez y luego me borró. Fue una mamada esa historia. Aún tengo en mi memoria su URL en palabras.

Esos tiempos de Myspace, Blogspot y foros en la internet no capitalizada y anárquica eran gloriosos pero un pez grande se tragó al chico, como dicen los Radiohead. Lo devoró sin masticarlo, sin darle una oportunidad de salvarse. Llegó Last.fm, Twitter, FB, Spotify, Google, Amazon… llegaron tus Dioses falsos y ¡sabes qué? No puedes hacer nada al respecto contra ellos. Crees que eres libre pero no lo eres.

Mientras escribí este texto, la acidez estomacal me acecha. Me molesta. Ni con omeprazol y sus derivados la detengo. No tomo Raditidina porque es cancerígena. Le tengo miedo al cáncer. Me da pánico esa enfermedad. Prefiero la eutanasia o el suicidio si me llega a dar y no se puede hacer nada al respecto. Por eso disfruta mientras puedas. Disfruta tus placeres, tus adicciones, tus amores, tu libertad (o tu esclavitud, cada quién). Puede que en este texto tengas esa furia y molestia que conlleva la acidez estomacal y la gastritis. A mí me produce acidez estomacal y luego éxtasis la música y vida de Kanye West. Pero el rapero llegó a su fin. Ahora hay que buscar artistas en contra de él. Buscar opuestos. Como los polos de un imán, los cuales son totalmente distintos pero son parte del mismo material (cultural). Una vez que fragmentas ese imán, nacen polos nuevos. Así pasa en el la cultura pop (mainstream o underground) (¿Aún se usan esos términos?).

Así es el pop. Con sus eventos, sus contradicciones, pero ahora son alucinantes debido a internet. La red liberó y esclavizó a todos pero ¿por qué?

Porque a mi parecer el espejo de la sociedad norteamericana y en consecuencia las urbes que la imitan se pueden ilustrar con la vida de Kanye  y sus acciones de los últimos 10 años. Es el referente y último gran artista-narcisista en la era del internet. La transformaciones de individualidad en sus diferentes etapas de vida y en sus discos son como el T-1000 en Terminator 2: El Juicio Final. Un tipo de ectoplasma metálico que da terror y se transforma en todo lo que tocó y absorbió para finalmente disolverse en el metal líquido.

Ego que toca el cielo, protegido con una apariencia que embriaga y causa placer. Puro deseo.

Todo lleva a él. Todos hablamos de él (consciente e inconscientemente). Trabajamos para él. Roba y re significa. Es aliado del presidente racista de la segunda potencia mundial (la primera potencia mundial ya es China, al tiro). Y es probable que sea el próximo presidente de EUA. Hay gente que desea patológicamente ser como él; hay gente que lo detesta, pero su música rebota en todos los rincones, clubs, podcasts y estaciones de radio. Gracias a él alguien conoció a King Crimson o a Arca. ¡Lo puedes creer? J Balvin y Bad Bunny lo refieren en «La Canción». Adidas lo ama. Nike lo odia (y lo ama también). La industria de la moda disimula y lo eclipsa, pero está pendiente de él y de su esposa. Las redes sociales están al pendiente de cualquier movimiento. Su música es la cobija de los que buscan el éxito a toda costa. O de los que han sufrido la derrota pero no quieren llorar. El ethos que predica es el de no reconocer-al-otro-pero-es-bello-y-genial. Ya no se puede hablar de dionisiaco ni apolíneo. R. Wagner le mearía la cara a Mrs. K.West (bueno, sí, Wagner lo haría siempre porque tenía ideas fascistoides). Es rap / hip-hop que rompe la eficiencia: son delirios catalizados por sonidos excelentemente producidos. Su acierto es vencer sus dificultades con la voz y usar el vocoder ad infinitum. Manipular su voz y lanzar unos cortes extraordinarios hacia cada rincón de la civilización. Las letras de sus tracks son acciones extremas, alucinaciones y deseos reprimidos, consecuencia de la fatiga que produce el capitalismo. «He pensado en matarte», dice West en el primer track de Ye (2018). Es música que te excita y maldices. Sabes que la industria que mueve nos está matando, pero la consumes. ¿Es inevitable escapar de ello? Se preguntó Mark Fisher, y años más tarde, en una profunda depresión se suicidó.

El periodista cultural Héctor Gutiérrez me comenta que: «Kanye West es como el espejo del mundo pop actual, sus perversiones y sus sueños a través del Hip-Hop. Cuando salió My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010), llegó el fin de las bandas `ArcadeFirescas´. Se acabó el rock de chavos blancos cool. Llego la rabia y la ambición de los negros. El pop en el mainstream es el hip-hop. ¿Qué no lo ves? ¿No lo dice la portada del álbum de aquel entonces (Un Kanye West fornicándose / burlándose de Taylor Swift por poder (¿y placer?).

Nos dimos cuenta que Kanye West es un indicador, un insight de esta «Mancha Voraz» llamada capitalismo, el cual provoca su propia crisis y se regenera a sí mismo. Ahora Kanye es más cristiano que nunca. Una vez con los costales llenos de dinero ahora sí: voy a salvar al mundo (vía la presidencia de EUA) y predicar la palabra de Dios.

Yeezy es la música que ya supero la pelea de perros del capitalismo (Simon Reynolds): Kanye West es la música hecha capitalismo. Él es el reflejo de lo que sucede en nuestra individualidad. Le tenemos pavor al capitalismo, pero no lo dejamos. ¿Hay alguna alternativa? ¿O todo es un performance bien planeado por parte del artista de Chicago?

Tal vez la respuesta está en «Saint Pablo»,la mejor pieza de hip hop producida por Kanye West.

«Nunca me imaginé pasar de los 25 años…» 

«Please face me when I speak
Please say to me somethin’ before you leave
You’ve been treatin’ me like I’m invisible
Now I’m visible to you
Oh the invisible truths they sold
I can’t quite understand the games you play
Understand, understand
Understand I’m standin’ under oath
And I promised I, I wouldn’t fall anymore
But I’m cryin’ at the bar
I’m wishin’ that you saw my scars, man
I’m wishin’ that you came down here
And stood by me
And look at me like you knew me
But I feel so alone
Like I don’t know anyone except the night sky above…»

–Kanye West & Sampha, «Saint Pablo».

Kanye West es el mero capitalismo tardío. La esquizofrenia de la que hablaba Deleuze y Guattari.

Playlist – 1st September, 2019

RIP David Berman (1967-2019)

1.- Purple Mountains  –  Purple Mountains

2.- Silver Jews: All Discography

3.- HTRK  –  Venus in Leo

4.- Khruangbin  – Hasta el Cielo

5.- Mister Lies  –  Mister Lies

6.- Siavash Amini  –  Serus

7.- Talking Heads  –  Fear of Music / Remain in Light

8.- The Piranhas – The Piranhas

9.- Marillion  –  Sounds That Can’t Be Made

10.- Rolf Julius   –  (Halb) Schwarz

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Playlist 27th July, 2019

1.- Organ Tapes  –  Hunger In Me Living

2.- Clark  –  Kiri Variations

3.- Purple Mountains  –  Purple Mountains

4.-  Earthen Sea  –  Glass and Trees

5.-  Autechre  –  Warp Tapes 89-93 (NTS Session)

6.-  Coil  –  Love’s Secret Domain / …And the Ambulance Died in His Arms

7.-  The Zephyrs  –  When the Sky Comes Down It Comes Down on Your Head

8.-  Doldrums  –  Desk Trickery

9.-  Gastr del Sol   –  Upgrade & Afterlife  / Camoufleur

10.- Opeth  –  Ghost Reveries

11.- Talk Talk  –  The Colour of Spring

12.- Evan Parker  –  Saxophone Solos

 
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Playlist 30th June, 2019

1.-  Freddie Gibbs & Madlib  –  Bandana

2.-  Hatchie  –  Keepsake

3.-  Thom Yorke  –  ANIMA

4.- Andre Bratten  –  Pax Americana

5.- Black midi  – Schlagenheim

6.- Jim O´Rourke  – Bad Timing

7.- Anima  –  Stürmischer Himmel

8.- Murcof  –  Martes

9.- Duopandamix   –  Infrarrojo

10.- Spacemen 3  –  The Perfect Prescription

11.- Beequeen  –  Sandancing

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